sábado, 21 de septiembre de 2013

Mita minera y obrajera

     La Mita compredía a los "indios de cédula" que compulsivamente tenían que concurrir a las minas a trabajar al servicio de los españoles. La mita fue una institución del Tahuantinsuyo, que fue mantenida e intensificada para beneficio de los mineros españoles. Inicialmente no eran remuneradas, luego las autoridades establecer una cuota de jornales que nunca fue suficiente para resolver el mínimo vital de las familias indígenas. 

  • LA MITA MINERA: Reordenda a gran escala por Francisco de Toledo, principalmente para Potosí y Huancavelica, Porco y Caylloma. Fue uno de los trabajos más odiados, los informes de la época constatan la dolorosa romería de indígenas en camino a las minas. Hubo mitayos que demoraban dos mese en llegar a la mina. El salario era bajo, trabajaban doce horas diarias, descendiendo a ciento ochenta metros de profundidad, subían cargando capachos de metal sobre sus espaldas hasta depositarlo hasta los quimbaletes o ingenios. Cuando las esacleras se aflojaban o rompían, se desbarrancaban y cuando salían de los sacavones no hallaban abrigo ni consuelo. En 1590 fueron puestos a dos turnos, uno de día (punchaoruna) y otro a partir de el ocaso (tutaruna). En 1600 decidieron tenerlos en los socavones en forma constante, de manera que los encerraban en los subsuelos desde los lunes por la tarde hasta los sábados por la tarde. Los turnos eran medidos por velas; cuando se apagaba era señal de cambio. El Conde de Lemos quiso suprimir este sistema en 1660, pero no logró por la amenaza de los mineros de paralizar la producción de metales, el virrey tuvo que ceder.
  •  LA MITA OBRAJERA:Consistía en un número de indígenas obligados a trabajar en las fábricas textiles llamadas obrajes. Casi todos pertenecían a particulares, hacendados y algunos conventos y a sacerdotes seculares, inclusive a comunidades y uno que otro a la corona real. Cada obraje estaba servido por mitayos o sea trabajadores forzados, y entre estos muchos niños de nueve a diecisiete años de edad, porque en la textilería rendían igual que un adulto y por un salario más bajo. Fue una de las mitas más temidas, ya que cada obraje fue considerada como una cárcel, muchos sentenciados cumplieron allí sus condenadas. Los mitayos estaban vigilados por unos matones profesionales llamados huatacos, eran mestizos, negros o zambos pagados por los dueños. el reglamento era severo, no podían ni conversar ni reír, cada fin de semana debían de entregar cierta cantidad de varas tejidas. Los salarios era irrisorios, eran verdaderos esclavos, que veían su vida encadenada a los obrajes por los "adelantos" o deudas que contraían. Aquellos que no concluían sus tareas eran castigados con azotes y los dejaban encerrados en el mismo obraje, era un cuarto oscuro, húmedo, con cepos y grillos para castigarlos más indignamente. 
  • MITA AGRÍCOLA, GANADERA O ESTANCIERA: el trabajo indígena fue utilizado similarmente con el nombre de mita por los hacendados que se consideraban con derecho a contar con mano de obra barata. Las reducciones quedaban obligadas a enviar indios cada cierto tiempo. Ambas mitas fueron reglamentadas pot el virrey Toledo, su duración era de seis semanas y los dedicados alas estancias esran llamados aguatiris. En las mitas ganaderas, si el mitayo perdía una o más cabezas de ganado, no solo lo castigaban con torturas crueles hasta ponerlos al bode de la muerte, sino que le hacían cargo del precio, cuya deuda los encadenaba a la hacienda por años interminables.
  • MITA DE PLAZA: Establecida por el conde de Nieva. Consistía en que determinadas comunidades debían envíar semanalmente a las ciudades un número de mitayos para alquilarse u ofrecerse al que precisara sus servicios como aguadores, leñadores, albañiles y servidumbre doméstica común, el jornal era de un real diario. 

viernes, 30 de agosto de 2013

Manco Inka y Pizarro: Juego de Intereses

     Tras la ejecución de Atao Huallpa, Manco Inka Yupanki fue elegido sucesor del imperio a la muerte de Wascar, pero la facción legalista en Cajamarca, precipitadamente le dio la mascaypacha a Thupa Wallpa. quien junto a los españoles, partió de cajamarca al Cusco para acabar con el reducto rebelde.


     En el Cusco Vila Oma intuyendo el peligro que se cernía sobre el tahuantinsuyo propuso a los bandos rivales deponer sus enconos, para unirse contra los conquistadores, afirmando, que estos no habían venido desde lejos para obedecer sino para mandar. Inclusibe Quizquiz, reconociendo este grave peligro propuso a Paullu Inka, como inca de transición, pero Paullu no aceptó la designación.
     Thupa Wallpa y Pizarro llegaron al pueblo de Hatun jauja y después de haber liquidado a los soldados de Yucra Wallpa, que había intentado quemar este pueblo. Thupa Wallpa, que ya venía enfermo, murio de su "dolencia" e insidiosamente se culpo a Challku Chima de heberle dado un veneno. Pizarro, mezclándose en asuntos internos de sucesión sugirió que se nombrase un nuevo Inka, inclusive quiso engañar a Challku Chima para que trajese a Thupa Atauchi, hijo de Atao Huallpa, proponiendo nombrarlo como Inka regente si lograba que Quizquiz depusiera las armas.
     Poco después el Inka joven se alió con Pizarro en el valle de Sacsawana, el 14 de noviembre de 1533. Manko Inka fue reconocido como autoridad o Sapa Inka, se comprometió acabar con las huestes ataowallpistas que estaban en el Cusco. Posteriormente para celebrar este infortunado convenio fue quemado Challku Chima, quien murió consumido por el fuego sin renegar de sus divinidades tutelares, pidiendo a Pachacamac el castigo de los nuevos aliados. Vila Oma se opuso a esta alianza, pero aceptó con la seguridad que después de liquidado el bando rebelde y consolidada la autoridad imperial, sería fácil acabar con los extranjeros.


     Fue así como Pizarro y su ejército ingresaron a la ciudad del Cusco, al amparo del nuevo Inka y como aliado y no como conquistador de esta ciudad, como posteriormente intento probar. Casi inmediatamente después de la solemne recepción, partió unos cinco mil hombres al mando del capitan Soto, en persecución de Quizquiz, a quien derroto en la localidad de Sapi. 
     Pasadas las lluvias, Manko Inka Yupanki y Pizarro llegaron a Jauja en abril de 1534 con una expedición aliada de Paullu Inka y Hernando de Soto, quienes derrotaron fnalmente a Quizquiz en la batalla de Maraycalla, a fines de 1534. Cuando entonces Manko Inka se creía dueño de la situación y pensaba tener dominados a los españoles, fue comprendiendo dramaticamente la magnitud de su error político, sus aliados españoles deslealmente habían ganado a su favor la simpatía de los Wancas, que no vacilaron en plegarse a los españoles.

martes, 27 de agosto de 2013

Cortés y la noche triste

     "He venido aquí para encontrar oro, y no para trabajar la tierra como un simple labriego". Así se expresó Cortés cuando llegó  a Haití, le habían aconsejado que no se hiciera muchas ilusiones.
     Hernán Cortés era de familia noble arruínada, en 1499 estudio leyes en Salamanca, pero dos años más tarde regresó a Medellín sin haber demostrado afición alguna por los estudios. Intentó embarcarse para América en una expedición de Nicolás de Obando, pero sufrió un accidente en Sevilla. En la rpimavera de 1504 se embarcó en San Lúcar de Barrameda y ya en tierra americana trabajó al servicio de Diego de Velásquez.


     Cuba era la mayor y más occidental isla de las Grandes Antillas, conquistada por los españoles en 1511, Cortés que participó en dicha expedición recibió como botín extensas propiedades. Diego de Velásquez intento extender la dominación española y dirigió algunas expediciones a la península de Yucatán.
     Velásquez le confió a Cortés el mado de una de las expediciones, Cortés vendió sus tierras y decició participar en la empresa corriendo con sus propios gastos. A Velásquez le habían advertido que se cuidara de Cortés, le dijeron: "guardaos de ese Cortés, llegará el día en que tendreís que perseguirlo". Cortés se hizo a la mar sin avisar al Gobernador. Cortés llevaba once naves y unos quinientos oficiales, disponía de diez cañones y dieciséis caballos. Los conquistadores comprobaron que estos animales eran particularmente útiles para sembrar el pánico entre los indígenas.
     Los conquistadores llegaro a Yucatán y hubieron que entablar un combate sangriento con los indígenas, cuando parecía que los españoles iban a ser abrumados, estos fueron presa del pánico ante la aparición de la caballería. La victoria española sobre los tlascaltecas alcanzó enorme resonancia en todo méxico. El camino a Tenochtitlán quedaba abierto a los españoles, Cortés ingresó a la ciudad en noviembre de 1519.
Moctezuma interpretó el mito de Quetzalcóatl diciendo estar convencido de que aquellos hombres blancos que según el mito debían llegar desde oriente. Cortés decidió capturar a Moctezuma, pensando que preso el emperador el pueblo el pueblo tendría que aceptar la situación. 


     En 1519 Cortés se entera de la llegada de barcos españoles enviado por Velásquez con uno de sus subordinados: Pánfilo de Narváez. Narváez fue derrotado y hecho prisionero. De Tenochtitlán le llegó la noticia de la insurreción de los aztecas defendiendo su templo del saqueo de los españoles, Pedro de Alvarado habia desatado una matanza de indígenas en el templo de Huitzilipochtli. Los españoles se apoderaron del edificio y se atricheraron repeliendo el ataque, utilizaron a Moctezuma para calmar la ira de los aztecas, sin embargo el silencio respetuoso de la multitud se convirtió en rabiosa cólera y llovio una serie de proyectiles. Moctezuma quedo herido y pocos días después murió.
     Sobrevino para Cortés y su gente la "noche triste", uno de los episodios más dramáticos de la historia de la conquista. Los conquistadores fueron sitiados y oraron por sus vidas a dios. Tras varios días de combate lograron romper el cerco y con apoyo de sus caballos lograron destruír las defensas de los aztecas. Los revese sufridos durante la "noche triste" señalan un hito en la carrera del conquistador.
Fuente: Historia Universal Carl Grimberg

miércoles, 14 de agosto de 2013

La Dominación Española

     Los comienzos de la dominación corren entre dos nombres famosos: Pizarro, el soldado; Toledo, el burócrata. Dos nombres que marcan el principio y el término de la implantación violenta del colonialismo, que nacían para durar cerca de trecientos años. Sistema colonial impuesto tras el aplastamiento del último reducto de la resistencia militar que se prolongó hasta la captura y ejecución de Tupac Amaru en 1572.
     El estado inca alcanzó la integración económica y en menor medida, la unidad política, más no la unidad nacional. El Tahuantinsuyo fue construído sobre un conjunto de naciones, curacazgos regionales. El estado andino que hallaron los invasores era una agregado de etnias, las cuarenta naciones de las crónicas, que al perder sus autonomías tradicionales, aceptaron el yugo inca a regañadientes y con disgusto, así lo demuestran las numerosas sublevaciones que los últimos incas aplastaron con rigor.


     Caminos, mitimaes, imposición del quechua, controles estadísticos, fueron los instrumentos utilizados por la administración que el Cusco impuso en el área andina. Pero la pax incaica no tuvo el tiempo suficiente para incaizar tan vasto mosaico de culturas.
     Habían regiones que nunca aceptaron la dominación incaica, había muchos grupos descontentos, la propia guerra entre Huascar y Atahualpa, por último, impidieron cualquier respuesta nacional frente al invasor. Por estas razones muchos historiadores afirman que el triunfo de Pizarro fue más político que militar. Las cosas no sucedieron como dicen muchos libros, no fueron sólo la superioridad tecnológica: armas de  fuego, hierro, armadura, capacidad de refuerzo ultramarino. Hubieron otros factores como el empleo del caballo y el mastín bravo adiestrado en "aperrear indios", o el prestigio mágico que por un tiempo envolvió a los "zungazapas" salidos del mar.
     A estas ventajas notorias pero insuficientes, las potenció la hábil estrategia de: divide e impera, conque el recien llegado obtuvo réditos de cada una de las fuerzas en pugna. Como hubo malinchismo y Tlascaltecas en México, aquí hubo filipismo, chachapoyas, tallanes, cañaris y huancas que apoyaron a los invasores como aliados eficaces. Fueron sus cargueros, intérpretes, mensajeros, espias, soldados, sirvientes. Por ejemplo fue tan importante la colaboración de los huancas que su curaca Huacrapaucar fue colmado de halagos y beneficios.


     Los españoles contaron también, en  los primeros años, con el forzado auxilio de esclavos negros e indígenas de Centroamérica como "guatemalas" y "nicaraguas" de las crónicas. Se conoce poco sobre la cantidad de estas ayudas que, al igual que los nativos andinos, dieron la carne de cañón para las expediciones militares de la guerra de conquista. Por ejemplo el licenciado Gaspar Espinoza , miembro de una rica familia de comerciantes y el mismo que usó como testaferro a Hernado de Luque, para poner dinero en la empresa conquistadora, informó desde Panamá que "para poblar e conquistar e descubrir las     provincias del Pirú se han sacado de esta más de diez mil indios".
     Los españoles hallaron al Tahuantinsuyo en una fase crítica, los descontentos vieron en los poderosos hombres blancos a los liberadorers del yugo inca, fueron pueblos que se ilusionaron con la idea de sacudirse de un dominador, para terminar bajo la dominacoión de los españoles. Cabe decir que la conquista española fue hecha en gran medida por las masas indígenas.
Fuente: Historia General del Perú.

martes, 13 de agosto de 2013

La conquista y el nombre de Perú

     El nombre de del Perú tiene una historia que nace en 1513 y termina en 1523, fue un nombre que evolucionó una década y desplazó el de Tahuantinsuyo, impuesto por los incas y el de Nueva Castilla dado tras la Capitulación de Toledo, y posteriormente compartido con el de Nueva Toledo.
     Fueron los conquistadores españoles de tierra firme, hoy Panamá los primeros en escuchar el nombre de Birú. El nombre hacía referencia a un reino indígena con mucho oro, plumas de colores y humos aromáticos.  El Birú pirmero fue un nombre, después una ilusión, por último una verdad inconclusa que daria origen a muchos mitos como el de "El Dorado", sin embargo con el tiempo derivó en el nombre de una nación, en el nombre de nuestro territorio, fue un mito que nos dió el nombre de peruanos; el sustantivo Birú, se convirtió en Pirú y finalmente en Perú.


     Los buscadores del señorío Birú fueron cinco conquistadores españoles de tierra fierme o Castilla del Oro. Vasco Núnez de Balboa fue el primero, decapitado por orden de su suegro, el Gobernador Pedro Arias Dávila, más conocido como Pedrarias. Explorando las tierras panameñas llegaron Balboa y su hueste al territorio del Cacique Comagre. Fue que en esas circunstancias que Panquiaco, el hijo de Comagre, les dijo: "¿Qué es esto cristianos? ¿por tan poca cosa reñis? Si tanta ganas tenéis de oro, yo os mostraré provincia donde podáis cumplir vuestro deseo" y la decir esto el indio señaló al sur añadiendo que allí había un mar "donde navegaban otras gentes con navíos o barcos, con velas y remos".
     Francisco Becerra, hidalgo gallego venido con Pedrarias, fue el segundo de los buscadores del Birú. En agosto de 1514 llegó al golfo de San Miguel donde tuvo noticias del señorío del Birú. Vuelto a Santa María la Antigua en febrero de 1515 entregó a Pedrarias 7000 pesos en oro, murió flechado por los indios, fue el seegundo capitán que tuvo noticias del Birú.
     El tercero fue Gaspar de Morales. Morales regresó a la costa del golfo de Sam Miguel, allí los nativos le dijeron que pasada la parte oriental había un Cacique llamdo Birú, pero tuvo que huír ante los ataques de los nativos.


     El cuarto en la lista fue Pascual de Andagoya, poseído por el deseo de riquezas. Andagoya avanzó muchas leguas al sur, remontando ríos llegó a la sede del señorío Birú. Los indios fueron preguntados por su cacique y ellos contestaron Birú. Los soldados de Andagoya entendieron Pirú. Y así de unos indios que hablaron mal y de unos españoles que oyeron peor, nació el nombre de Perú. Provino del contacto de indios y españoles, por eso es un nombre mestizo.
     Cuando Pascual de Andagoya retornó a Panamá habló de su "viaje al Perú", estampándose en el papel por vez primera el nombre definitivo de esta tierra.
Fuente: Conquista y Virreinato de José Antonio del Busto.

Invasión, Conquista y Dominaciòn española



LOS VIAJES DE LOS “DESCUBRIDORES”




      A veces la lengua ardiente del sol barre la cubierta de las Carabelas, otras, un viento demoniaco las arroja con rumbos imprevistos. Los tres navíos continúan su marcha hacia occidente, capeando temporales, moviéndose como cáscaras de nuez entre e oleaje embravecido o dejándose mecer por la irritante calma chicha que se apodera de las aguas.
      A bordo de la nave capitana un hombre silencioso oculta sus emociones, impide que la inquieta y levantisca tripulación se deje invadir por la desazón. Con mano de hierro Cristóforo Colombo o Cristóbal Colón maneja a sus marineros. Bajo su mando se encuentran 87 aventureros con escasos conocimientos  náuticos que al partir el 3 de agosto del Puerto de Palos de la Frontera, eludían la vida miserable de los españoles de baja condición social. Eran en su mayoría ladrones, pícaros y vagabundos a quienes los reyes católicos habían autorizado servir a bordo. Estos audaces tripulantes no arriesgaban en vano su pellejo, ellos querían riquezas y fama, les atraía el oro y las riquezas del oriente.

      De los 87 hombres que tripulaban las dos carabelas y la nave capitana, muy pocos eran marineros; sólo los contramaestres, pilotos y timoneles. Ellos sabían cuánto le había costado a Colón lograr la autorización y el financiamiento de la empresa. La autorización lo había logrado después de cuatro meses de gestiones firmando con los Reyes católicos las      Capitulaciones de Santa Fe, por el que se le reconocía con carácter hereditario: Almirante del mar océano, Virrey y Gobernador de todas las islas y tierra firme que descubriera y la décima parte de los metales precisos que encontrara.
      Mercaderes y banqueros de Sevilla y de Palos, así como los cortesanos especuladores contribuyeron a financiar la expedición, también se obtuvo el aporte e dinero y experiencia de dos acaudalados marinos de Palos: los hermanos Martín Alonso y Vicente Yáñez Pinzón.

     Aquella mañana del 3 de agosto. La gente estaba inquieta. El Almirante supone que la “extremidad oriental de la tierra habitada” y la extremidad occidental opuesta se hallaba muy cercanas, “apenas separadas por un pequeño mar”. Por averías de la Pinta, la flota recala en Tenerife, es un respiro para el temor de la gente.
      El tiempo es bueno u se puede dormir en cubierta por el tamaño de las carabelas, pero las lluvias y las tormentas obligan a veces a refugiarse en las bodegas, done ratas y cucarachas alternan con os hombres y las provisiones en un ambiente siempre húmedo.
     El 13 de setiembre se observa por primera vez variaciones en la brújula y el 17 Colón tiene que dar una explicación satisfactoria a la tripulación para tranquilizarlos de los temores y las dudas. El 18 y el 20 ven algunas aves que les hacen pensar que están próximos a tierra firme. Para tranquilizar a sus hombres, a partir de entonces, Colón falsea los asientos de los libros de bitácora, haciéndoles creer que es menos la distancia recorrida.    El día 25 Martín Alonso cree ver tierra, pero es solo una falsa alarma, el hallazgo no se concreta hasta la madrugada del 12 de octubre de 1492.

     En aquella madrugada de pronto, en la embarcación más alejada se enciende una luz de alarma, al tiempo que comienza a oírse una confusa gritería. El barco comandado por Martín Alonso Pinzón, gira en redondo para encontrar a la nave capitana. Colón observa un grupo de hombres atolondrados sobre cubierta que agitan los brazos sin concierto y gritan: ¡TIERRA! Por fin se oye la clara voz de Pinzón que saluda al Almirante y le avisa que Rodrigo de Triana, el vigía, acaba de anunciar el esperado ¡Tierra a la vista! Pocas horas después Colón vestido de gala desembarca en la isla de Guanahani. Portando el estandarte real, Colón toma posesión de ella a nombre de la corona y la bautiza como la isla San Salvador.
Prof. Miro Aquino de la Cruz (Fuente: Revista de Historia de Latinoamérica)